Problemas de salud

Burnout quemado y sin energía?

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Burnout quemado y sin energía?

El artículo de hoy está dedicado a un tema que lamentablemente a menudo se pasa por alto y se subestima: el síndrome de burnout.

El agotamiento no es solo una moda pasajera, sino una enfermedad grave y cada vez más reconocida. Pero ¿qué significa exactamente? En pocas palabras, es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que se produce debido a un estrés prolongado y excesivo. Es como la sensación de caerse al suelo después de correr una maratón, solo que en este caso, ni siquiera sabes cuándo ni dónde empezó la carrera ni cómo es la meta.

Pero ¿cómo sabes si sufres de burnout? Hay varios síntomas que podrían indicarlo, como fatiga constante, pérdida de motivación, menor rendimiento e incluso dolencias físicas como dolores de cabeza o problemas digestivos. Es como si tu cuerpo y tu mente te dijeran: "Para, es hora de un descanso".

Sin embargo, cabe señalar que el síndrome de burnout es un término general que abarca una variedad de síntomas de agotamiento. Por lo tanto, a continuación, se analizará brevemente el análisis científico del síndrome de burnout antes de profundizar en el tema.

La definición científica del síndrome de burnout

Quizás conozcas el catálogo CIE. Si no, ¡no hay problema!

CIE significa «Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud». Puede parecer increíblemente complicado al principio, pero en realidad es bastante sencillo de explicar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decide qué afecciones se consideran enfermedades, cómo se dividen en diferentes áreas y qué síntomas se consideran característicos de las enfermedades.

El síndrome de burnout se describe en la CIE-10, la décima versión del catálogo, como síndrome de burnout y no se clasifica como una enfermedad, sino como un “problema relacionado con dificultades para afrontar la vida”.

El borrador preliminar de la CIE-11 amplía la definición del síndrome de burnout, pero lo describe explícitamente como resultado del estrés laboral. Esto ignora por completo todas las demás dimensiones del estrés y diversas otras causas del burnout. Por esta razón, la nueva definición ha suscitado fuertes críticas.

Dado que ni la CIE-10 ni la CIE-11 provisional proporcionan una definición adecuada que haga justicia al síndrome de burnout, este artículo del blog no se referirá a la clasificación CIE-10 o 11, sino a la perspectiva social.

Esta entrada del blog no ofrece una definición clara. Por lo tanto, analizaremos los síntomas descritos por los afectados, sus causas y las opciones de tratamiento, en lugar de basarnos en la controvertida definición de la OMS.

Datos importantes sobre el síndrome de burnout

  • El burnout es un estado de agotamiento físico, emocional y mental.
  • Las causas son el estrés a largo plazo y las altas exigencias sin una recuperación suficiente.
  • El burnout no está clasificado como una enfermedad en la CIE-10, sino como un “problema relacionado con dificultades para afrontar la vida”.
  • El borrador preliminar de la CIE-11 describe el síndrome de burnout como resultado del estrés en el trabajo.

¿Cómo se produce el síndrome de burnout?

El síndrome de burnout no se desarrolla de la noche a la mañana. Es el resultado de un estrés prolongado y puede afectar a cualquiera. Por eso es importante comprender cómo se desarrolla.Comprender el proceso de desarrollo puede ayudarle a reconocer señales de advertencia y tomar medidas preventivas.

Imagina que tu mente y tu cuerpo son como una batería. Cada actividad que realizas consume algo de su energía. Normalmente, esto no es un problema, ya que el descanso y la relajación recargan la batería. Pero ¿qué pasa si la batería se descarga más rápido de lo que puede recargarse? Si el consumo de energía se mantiene constantemente alto y las fases de recuperación son insuficientes, la batería seguirá descargándose. Y si esto continúa durante un período prolongado, puede provocar agotamiento.

Para comprender mejor el síndrome de burnout, podemos imaginar el estrés como un triángulo. Los tres vértices de este triángulo son las exigencias que se nos imponen, el control que tenemos sobre ellas y el apoyo que recibimos para afrontarlas. Cuando las exigencias son altas, el control es bajo y el apoyo es insuficiente, los niveles de estrés aumentan.

El síndrome de burnout se ha convertido en un problema cada vez más importante y extendido, en parte debido a la creciente aceptación social, pero también a los avances sociales. La digitalización ha acelerado y hecho más eficiente todo en nuestras vidas. Procesamos mucha más información a lo largo del día que antes, por lo que no es raro que la paz interior y la relajación se pierdan en este mar de impresiones.

Las largas jornadas laborales, las altas expectativas, la falta de reconocimiento y el control limitado sobre la situación laboral son otros factores que pueden contribuir al síndrome de burnout. Los desafíos personales, como las preocupaciones financieras, los problemas familiares o la sensación de tener que estar siempre disponible y localizable, también pueden contribuir al desarrollo del síndrome de burnout.

Prevención: ¿Qué hacer si notas síntomas de burnout?

Lo primero y más importante es reconocer y aceptar la situación. Puede ser tentador ignorar las señales y simplemente seguir adelante. Pero recuerda que el agotamiento no desaparecerá simplemente si lo ignoras. Es como una luz de advertencia intermitente en un auto: indica que algo anda mal y que necesita mantenimiento. Ignorar la luz puede causar problemas más graves.

Una vez que hayas reconocido las señales de agotamiento, el siguiente paso es buscar apoyo. Esto puede tomar muchas formas, desde hablar con un amigo o familiar de confianza hasta buscar apoyo profesional de un terapeuta o un médico. Es importante hablar sobre tus sentimientos y no aislarte.

También puede ser útil reevaluar tu estilo de vida. ¿Hay cosas en tu vida que te causan niveles particularmente altos de estrés? ¿Hay maneras de reducir o gestionar mejor estos factores? Dependiendo de dónde veas cosas en tu vida que te estresen, puede ser recomendable reconsiderar cómo las manejas o si vale la pena eliminarlas por completo.

Presta atención a tu cuerpo y a tus necesidades. Quizás hayas oído la expresión "tu cuerpo es un templo". En este contexto, significa que debes ser consciente de tus necesidades básicas y cuidarlas. El ejercicio regular, una dieta saludable y un sueño adecuado son pilares fundamentales para mantener un cuerpo y una mente sanos.

Los efectos

Ya hemos hablado sobre cómo se desarrolla el síndrome de burnout y cómo reconocer sus señales. Ahora, centrémonos en sus efectos. Es importante comprenderlos para reconocer la urgencia de protegerse y sanar.

Si el síndrome de burnout no se trata adecuadamente, puede tener graves repercusiones en la salud física y mental. Físicamente, el síndrome de burnout puede manifestarse de diversas formas. A menudo se manifiesta como trastornos del sueño, problemas digestivos o dolores de cabeza, y un sistema inmunitario debilitado.

A nivel emocional, los efectos a veces son aún más profundos. Quienes lo padecen suelen reportar sentimientos de desesperación, ansiedad y depresión. Se sienten aislados e insatisfechos, tanto en el trabajo como en su vida personal. Además, muchas personas con síndrome de burnout pierden interés en cosas que antes disfrutaban. Es como si hubieran perdido el color de sus vidas y todo se viera en tonos grises.

Las capacidades cognitivas también pueden verse afectadas por el síndrome de burnout. Es posible que notes dificultad para concentrarte o una sensación de entumecimiento y confusión mental.

También se pueden realizar observaciones a nivel social. Las relaciones interpersonales suelen ser tensas, ya que las personas que sufren de burnout tienden a aislarse. Esto afecta tanto las relaciones laborales como las personales y puede generar una tensión adicional en las personas afectadas.

Algunos de estos efectos pueden atribuirse a un aumento general de los niveles de cortisol en el cuerpo, ya que el cortisol es una hormona del estrés y se libera en mayores cantidades en caso de agotamiento.

Señales de agotamiento

  • Cansancio y agotamiento constantes
  • Pérdida de motivación y rendimiento
  • Molestias físicas como dolores de cabeza y problemas digestivos.
  • Síntomas emocionales como ansiedad, desesperación y depresión.
  • Aislamiento social y tensión en las relaciones interpersonales

¿Cómo se trata el síndrome de burnout?

Ahora que hemos abordado extensamente el lado oscuro del síndrome de burnout, pasemos a un tema algo más esperanzador: su tratamiento.

El agotamiento es como perderse en el camino de la vida y encontrarse en un callejón sin salida. Pero que las cosas parezcan no llevar a ninguna parte no significa que no valga la pena dar media vuelta y buscar un nuevo camino.

Esto puede suceder solo, pero también con la ayuda de personas de confianza o apoyo profesional. Ante todo, es importante recalcar que buscar ayuda profesional es perfectamente aceptable. El síndrome de burnout es una enfermedad reconocida, y al igual que consultarías a un médico por problemas físicos, también deberías hacerlo por problemas de salud mental.

Un terapeuta experimentado puede ayudarte a comprender las causas de tu síndrome de burnout y a desarrollar nuevas estrategias para afrontar el estrés. La terapia cognitivo-conductual, una forma de psicoterapia, ha demostrado ser especialmente eficaz en el tratamiento del síndrome de burnout. Puede ayudarte no solo a reconocer patrones de comportamiento y formas de pensar perjudiciales, sino también a modificarlos activamente.

También es recomendable utilizar técnicas de relajación. Ante los primeros signos de agotamiento o niveles excesivos de estrés, debería incorporar meditación, ejercicios de respiración o yoga a su rutina diaria para liberarse del estrés dañino tanto como sea posible.

Una dieta saludable y ejercicio físico regular también pueden marcar una gran diferencia y ayudarte a lograr más equilibrio en tu vida.El equilibrio es una palabra muy importante en general, porque al intentar crear un equilibrio saludable entre el trabajo, la relajación, los pasatiempos y las actividades sociales, no solo se puede contrarrestar el agotamiento, sino también reducir la probabilidad general de sufrirlo.

Conclusión

Todos deberíamos revisarnos con regularidad y preguntarnos: "¿Cómo me siento realmente? ¿Soy feliz y estoy equilibrado, o podría hacer más por mi bienestar?". Porque, en última instancia, cada uno de nosotros es responsable de su propia salud. A través de la atención plena y el autocuidado, podemos ayudar a prevenir el agotamiento y promover nuestro propio bienestar.

El agotamiento puede ser un desafío de nuestra época, pero no es insuperable. Con el apoyo y los recursos adecuados, podemos aprender a gestionar el estrés, proteger nuestra salud y vivir una vida plena y equilibrada.

Fuentes: